Diario de la peste (27). La Tercera Transformación.

Francisco Villa mandó matar a Paulino Martínez y a David G. Berlanga; Emiliano Zapata asesinó a Otilio Montaño; Venustiano Carranza mató a traición a Zapata y, por la vía de la justicia expedita, a Felipe Ángeles; Álvaro Obregón se despachó a Francisco Murguía, a su compadre Francisco Serrano, a Villa y al propio Carranza, y a su vez murió asesinado. Le robaron la presidencia a José Vasconcelos, en 1929, y a Juan Andreu Almazán, en 1940. Hubo rebeliones que triunfaron, por ejemplo, la de Agua Prieta, que llevó a los sonorenses al poder, y otras que fracasaron, como la de los hermanos Cedillo de San Luis Potosí, pero nadie le apostó a las urnas, verdadera causa del levantamiento. El campo, paralizado por el despojo y el crimen sin fin, no pudo, como el argentino, aprovechar la primera guerra mundial para exportar alimentos a la devastada Europa y salir del atraso milenario. Los comisarios ejidales le dieron la vuelta y crearon fábricas rurales exitosas. Fábricas de pobres, que inundaron las ciudades. Salvo el pequeño comercio de algunas capitales, la minería y el petróleo, en manos extranjeras, todo quedó suspendido, con mexicana alegría. Pese a ello, la bola tuvo parque suficiente para seguir matando, esta vez a campesinos mal armados, conservadores avant la lettre que pedían el inaudito derecho a celebrar misa. Plutarco Elías Calles, Adolfo de la Huerta, Vasconcelos, Martín Luis Guzmán y otros cientos debieron exiliarse para no seguir el camino del camposanto. Porfirio Díaz dejó el poder en 1911, y murió en París, exiliado, en 1915. Para 1940, el país se había pacificado, a costa de sus libertades democráticas. Tras décadas de discordia, lentamente, se fueron unificando, amalgamando esas historias de enfrentamientos y traiciones en un cuento de hadas, contado desde el poder, llamado Revolución mexicana, rebautizado ahora felizmente como Tercera Transformación. 

Un comentario en “Diario de la peste (27). La Tercera Transformación.”

  1. Muy buen relato y análisis, de esos que a los mexicanos de los 80 nos faltó conocer a instancias del PRI que lavaba la ropa sucia en casa, pero no se oxigenaba. Te acabo de descubrir, y voy a leer lo que escribes. A ver si es una pieza valiosa para este acertijo que es el México del 2020. Por el momento agradezco la aportación.

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